Vivimos en un mundo cambiante en el que cada vez más se reafirma la idea que concibe al ser humano desde un punto de vista holístico; esto es, que cada individuo funciona desde varios niveles que se afectan entre sí. Ya la ciencia nos muestra multitud de ejemplos donde los fenómenos genéticos, biológicos, ambientales, psicológicos, sociales y emocionales están en total interdependencia. La Epigenética Conductual, por ejemplo, muestra cómo gemelos idénticos que nacen con exactamente el mismo genoma, a lo largo de sus vidas pueden desarrollar diferentes enfermedades o desórdenes psicológicos. En estas investigaciones se ha examinado la relación entre genética e influencias ambientales, y como esta puede encender o apagar genes específicos. Desde aquí, es entonces importante comenzar a tratar los síntomas físicos, no solamente desde un punto de vista médico. El cuerpo humano es supremamente inteligente y nos habla todo el tiempo. Así que, si comenzamos a cuestionarnos cómo nuestro estilo de vida, nuestros comportamientos y nuestro manejo de las emociones están influyendo en la aparición de los síntomas, seguramente que encontraremos respuestas muy acertadas. Un primer paso para entender mejor lo que tu síntoma te está comunicando es hacerte responsable de todos tus estados emocionales y utilizarlos como impulso para tu cambio interno.
El Síndrome de Adaptación General de Selye explica cómo las situaciones de estrés vividas por una persona pasan de un estrés agudo a un estrés crónico cuando se experimentan por largos periodos de tiempo, sin que la persona se haga cargo de ellas. El cuerpo humano utiliza todos sus mecanismos de adaptación tratando de mantener la homeostasis o equilibrio hasta que este equilibrio se rompe y aparece el síntoma físico. El síntoma físico tiene un sentido biológico y uno simbólico, los cuales dan pistas para encontrar su significado. La técnica de Biodecodificación ha hecho un excelente trabajo en este campo, ayudando a encontrar las emociones escondidas detrás del síntoma de una enfermedad. Por ejemplo, la alergia a las rosas de una persona, puede estar relacionada con un evento doloroso del pasado que sucedió cerca a un rosal. Eczema puede significar “Te extraño”, “rompo la piel para aumentar el contacto”; una infección de orina: “necesito marcar territorio”; una tendinitis en el hombro: “tengo demasiada responsabilidad”; bruxismo: “en la noche expreso lo que en el día me callo”. Osteoporosis - podría estar relacionado con “ya no tengo razón de vida” - "los hijos se fueron, no tengo a quién alimentar y cuidar". La anemia nos quita energía y podría significar “no quiero relacionarme con la gente”. Por supuesto que el síntoma debe ser entendido desde la historia de cada individuo y su significado puede variar dependiendo de cada persona.
Mi invitación hoy es a comenzar una conversación con tu cuerpo; si tienes una dolencia física, o una emoción de esas que a veces solemos llamar “negativas”, pregúntale a esa parte de ti mismo (a) qué es lo que quiere comunicarte. Tu cuerpo es tu hermoso traje terrestre que usas para experimentar la vida, y te habla a través de los pensamientos, sensaciones y emociones. Escúchalo!
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